Los tarros cilíndricos se suministran con el inserto y la tapa. Gracias al gran cuello son adecuados para polvos, muestras sólidas, sustancias cremosas o semisólidas, cristales y sustancias higroscópicas. Adecuados para alimentos según el Reglamento CE 1935/2004 y el Reglamento CE 10/2011.